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Falsos mitos de la salud bucal

Tener cuidado de la salud bucal de manera diaria es básico para cuidar los dientes.

Los dentistas y odontólogos son los responsables de proteger nuestra salud buco-dental, los que nos guiarán y darán las bases de tener una mejor y correcta higiene dental. Damos algunos de los falsos mitos que, desde siempre, giran en torno a la salud de los dientes.

Falsos mitos que conviene ignorar

Sobre las encías

Las encías pueden sangrar de manera repetida cuando nos lavamos los dientes. No es correcto, pues pueden sangrar alguna vez, pero no siempre. Cuando sangran constantemente, incluso cuando no nos cepillamos los dientes, es indicativo de que algo no marcha bien. Puede deberse a enfermedades bucodentales, como la gingivitis y la periodontitis, que afectan directamente a las encías.

Las limpiezas profesionales

Las limpiezas profesionales desgastan el esmalte. Es necesario realizar limpiezas profesionales para acabar con el sarro entre los dientes que puede derivar en una enfermedad bucodental. Por lo que actualmente no es verdad que la higiene en el dentista estropee la placa dental, pues se utilizan avances de última tecnología a la hora de realizar cada tratamiento. Lo que hace es acabar con la placa bacteriana sin dañar el esmalte en ningún caso.

El mal aliento

El mal aliento es algo crónico. Esta afirmación tampoco es correcta, puesto que el mal aliento se puede erradicar si hay una correcta higiene dental y acabando con una posible enfermedad dental que hace provocar este malestar.

La alimentación

La alimentación no está unida a la salud bucal. Es falso, ya que lo que comemos está íntimamente unido a tener una correcta salud bucal. Ciertas frutas y verduras son beneficiosas para cuidar el esmalte de los dientes, además del té y otros alimentos que tienen antioxidantes.

El embarazo

Durante el embarazo no hace falta cuidar los dientes. Es totalmente falso, puesto que es una etapa en la que los dientes están más sensibles y deben cuidarse mucho más. Es necesario ir al dentista al inicio del embarazo para realizar los tratamientos adecuados. Si bien es cierto que, al final de la etapa del embarazo, no se realizan operaciones ni casos más especiales, al no poder dar una anestesia.